lunes, 4 de noviembre de 2013

La cresta del Espadán.

Todos hemos subido, seguramente varias veces y por diferentes sitios, al Pico Espadán, la montaña más emblemática que da nombre a toda la sierra aunque no es la más alta. Algunos, incluso, hemos hecho un tramo de cresta que viene del otro lado, pero cuando vimos la entrada en el blog de trotasendas, automáticamente pensamos "esta caerá algún día..." y el día llegó.
Sábado 12 de Octubre, después de la marcha infantil que tuvimos el gusto de organizar el pasado fin de semana, tocaba hacer algo un poco más exigente. Nos juntamos 8 personas, con alguna incorporación estelar al grupo, dispuestos a disfrutar de otro gran día de montaña y así fue.
Maravilloso recorrido y mejor ambiente, y para rematar la voll-damm del bar de Aín con unas tapitas de rebollones, insuperable.

Comenzamos, como tantas veces, en el pueblo de Aín, saliendo por la carretera de Alcudia de veo, para desviarnos pronto a buscar la senda que sube a la Peña Pastor, de las más duras de toda la sierra.


Siempre buscando salirse del asfalto.

Siempre es un placer cuando nos acompaña el Xano.

Principio de la senda  de la Peña Pastor.

Buena gente...

La cosa se va empinando...
Poco a poco la senda se va poniendo cada vez más vertical, pero vamos tomándonos un respiro de vez en cuando, gozando del paisaje, haciendo fotos, recuperando el aliento...


Comienzan las vistas.

Disfrutando y respirando.

El crack del rojillo.

Buen grupo hoy.

Con las mismas dosis de esfuerzo y de satisfacción llegamos al colladito donde la senda comienza a bajar hacia el collado de Íbola, y nos vamos a subir los pocos metros que nos faltan para llegar a la Peña Pastor. Una vez allí, unas fotos y nos volvemos para coger ahora trazas de senda cresteando hacia el pico Picaio y siguiendo hasta el Espadán, pero antes hay que reponer fuerzas, que como pasen de las 10 Morant se nos queja, jajaja.


Peña Pastor.

Como no, el rojo haciendo de las suyas.

Cara de acojonao...jejeje, pero bonita foto.

Cresteando

Hacia el Picaio.

El Xano no dejaba de deleitarnos con sus cánticos...¡no puedo parar!

Pico Picaio, detrás el Espadán.

Nos encontramos una preciosidad de senda, literalmente colgada junto al filo de la montaña, con un bosque de ensueño que nos hizo babear sin parar hasta que, casi sin darnos cuenta, llegamos al pico Espadán.


Por aquí iba la senda.

Sonia y Juan Pablo junto a una trinchera.

Espadán.

Rojo y Morant.

Rotipet en el Espadán.
Una vez leí que las cumbres de las montañas tienen más de cielo que de tierra y creo firmemente que es así. Disfrutamos un  ratito de nuestro cielo y llega la hora de volver a posar los pies en el suelo.
Bajamos ahora dirección a Alcudia de Veo, por otra de estas sendas grandiosas del Espadán.


Super Rojillo.

Colorido Espadán.

Bajando.

Reagrupandonos, que algunos se tiran como si se acabase el mundo...

Morant de Picador...jejeje.

Por mucho que nos esforcemos, Bihain solo hay uno....

Rojo haciendo la mona.

Seguimos para abajo y llegado un punto, nos desviamos hacia la cueva del toro, para volver a Aín por una senda rehabilitada recientemente y que se supone que era el antiguo camino que unía Alcudia con Aín, evitando volver por el GR  ya que hace bien poco algunos hicieron ese tramo.


Hacia la cueva del toro.

Cueva del toro.

Camino de Aín.

Nos vamos acercando.

Ya casi estamos.

Para casita, pero antes.....

...¡a rehidratarse!
Como dije antes, fue otro gran día de montaña, creo que hemos hecho un calendario de rutas por ahora espectacular. Fue un placer además, compartirlo con gente que no suele venir tanto, como Sonia y el Xano, a ver si de vez en cuando vuelven a deleitarnos con su presencia.

Como punto y final, quiero dedicar estas palabras a Juan Pablo, que se nos va para comenzar una nueva aventura laboral en Alemania, y esta será seguramente su última salida con el grupo de momento.
Sabes que te deseamos lo mejor, y cuando ya estés  bien establecido, tendrás que preparar alguna salida por allí para que vayamos verte  (si es posible que coincida con el Oktoberfest...jejeje)
Mientras tanto, nos veremos por las montañas.


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